Quedan para el Martes Santo

jueves, 21 de abril de 2011

Un año más, un año especial

Un año más, nuestra cofradía pudo realizar su estación de penitencia por las calles de Córdoba. Era un año especial, pues tras muchos años volvíamos a la Catedral y de una forma muy distinta a la de antaño pues sería de noche, además era la primera estación de penitencia de una junta nueva, estabas más de 400 hermanos presentes... al final, terminó siendo igual de especial, pues el tiempo no acompañaba y se mezclaba el pesimismo de unos con el optimismo de otros.

Finalmente, salimos a la calle, salieron nuestro titulares y los cuatrocientos y picos hermanos los acompañamos por nuestra ciudad, en nuestro día, en nuestro momento, a pesar de que unas débiles gotas empezaron a caer cuando la cruz de guía se encontraba por la calle barroso. Pero seguía siendo un Martes Santo distinto, un Martes Santo lleno de interrogantes hasta que salimos de carrera oficial y todos nos quedamos asombrados por el cambio de recorrido. ¡No íbamos dirección a la catedral! entonces las dudas saltaban ¿Va a llover?¿Se ha confundido de recorrido?¿que es lo que pasa?.

La respuesta empezó a correr de boca en boca, y es que delante llevábamos a la Hermandad del Buen Suceso, que al igual que nosotros se dirigía hacía la Santa Iglesia Catedral. Este hecho nos suponía un gran retraso que se acumulaba a la ya salida tarde que tuvimos. Se empezaron a especular sobre la hora que entraríamos la Catedral, y en que estaríamos cerca de una hora parados esperando a que la Hermandad del Buen Suceso saliese para poder entrar nosotros, Al final los cálculos daban que Nuestra Madre llegaría a la parroquia sobre las cuatro y pico de la mañana, era muy tarde para nosotros... pues por suerte contamos con una hermandad con muchísimos roquetes y nazarenos muy jóvenes, los cuales no se puede permitir terminar tan tarde, y seguramente la hermandad a esas altas horas de la madrugada se encontraría sola durante el recorrido, pues al día siguiente es jornada laboral.

Tras pensar en esto y el riesgo de lluvia que podría haber, se tomó la acertada decisión de volver a la parroquia tras la carrera oficial, realizando el recorrido de años anteriores, pero sin perder esa ofrenda floral que se le tenía preparada a Nuestra Madre María Santísima de la Trinidad, que se le recibió con una gran petada en la calle San Felipe.

Finalmente, el tiempo dio la razón, pues llegando el palio a la puerta comenzó a chispear, y tras entrar volvió a llover. ¡Menos mal que no bajamos a la Catedral! se escuchaba entre los hermanos, y así un Martes Santo más volvimos a realizar nuestra estación de penitencia, la cual fue muy especial.

Desde aquí me gustaría aprovechar para felicitar a la Hermandad por la decisión tomada, muchas gracias por pensar en todos los hermanos, fue la mejor decisión, el próximo año volveremos a la Catedral con más ganas.